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Depresión y calidad de vida en mujeres con cáncer de cérvix

En cáncer de cérvix se ha convertido en un problema de salud pública para los países en vías de desarrollo, provocando una estadística del 90% de defunciones en países de bajos y medianos ingresos.

Dentro de las problemáticas que presentan los pacientes de cáncer, en la mayoría de las veces existe algún tipo y grado de depresión, pudiendo ser leve, moderado o severo; sin cumplir con un trastorno depresivo, según el DSM-V, a menos de que lo desarrollen durante el proceso de cómo  viven la enfermedad y el tratamiento. Sin embargo, durante las diversas etapas que viven: diagnóstico, tratamiento, pérdida de funcionalidad y sintomatología por los efectos secundarios se ha observado que  las mujeres con Cáncer Cervicouterino (CaCu) presentan mayores índices de ésta, afectando su calidad de vida debido a los cambios físicos, sexuales y sociales que enfrentan.

Las razones pueden ser variables, según la edad y percepción de cada paciente, teniendo gran influencia el tipo de tratamiento que reciben. Dentro de los tratamientos para las pacientes con CaCu podemos observar un grado variable en el deterioro de la calidad de vida, debido al impacto que el tratamiento tiene en la zona reproductiva. El tratamiento que afecta en mayor medida el área afectiva y psicológica de la sexualidad de las pacientes es la cirugía de Wertheim Meiggs y la radioterapia, siendo las mujeres que reciben radioterapia combinada (externa y braquiterapia) quienes presentan mayores dificultades en el aspecto físico de la sexualidad. También es importante añadir que los síntomas depresivos se intensifican por la pérdida de la capacidad reproductiva, infertilidad, inhibición del deseo sexual, la imagen corporal, alteraciones en órganos reproductivos y, en ocasiones, debido al estigma social.

Dentro de los tratamientos de CaCu es importante que los responsables de la salud de las pacientes evalúen la calidad de vida de las mujeres, ya que este será un factor importante para la recuperación de cada una. 

Estas son algunas prácticas que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las pacientes:

Conocer las alteraciones que genera la enfermedad: Es importante que tanto las pacientes como sus familiares conozcan perfectamente las alteraciones que pueden padecer debido a la enfermedad y el tratamiento, con la finalidad de disipar ideas erróneas que se tenían, ayudando a disminuir o quitar el miedo.  Se ha estudiado que las mujeres que tienen un panorama realista sobre su enfermedad afrontan mejor las secuelas de esta. 

Información durante el tratamiento: Es importante que la paciente esté informada sobre la evolución de su tratamiento, de esta forma afrontará de mejor manera cada paso positivo o de retroceso que presente; además de crear un vínculo de confianza con los profesionales de la salud. 

Asistir a terapias grupales: El CaCu provoca una crisis existencial tanto en las mujeres que lo padecen como en su familia, por lo que recibir consejerías grupales desde el momento del diagnóstico, favorecerá el afrontamiento de la enfermedad. 

Psicoterapia individual: Es recomendable que las pacientes también reciban psicoterapias individuales, para tener una mejor comprensión de la enfermedad y puedan modificar los patrones de pensamiento y de conducta adquiridos en las primeras etapas de la enfermedad.

En MICAELA contamos con una atención integral, donde las mujeres con Cáncer Cervicouterino reciben atención oncológica, nutricional, algología y psicológica; en esta última nos esforzamos para que las pacientes afronten la enfermedad y mejoren su calidad de vida.

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75262006000200010

http://scielo.iics.una.py/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2072-81742017000200032

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